Día Mundial del Agua

Agua: la gota que importa

  • La sequía que asola a España, repercute de distinta forma en las comarcas de la provincia

  • Almería, referente en el uso del agua

Una gota de agua en una de las fuentes de la Rambla de Almería.

Una gota de agua en una de las fuentes de la Rambla de Almería. / Rafael González

Ochenta y un día han pasado de 2023, un año que tiene un nombre con letras mayúsculas: AGUA. El agua es esencial para la vida humana, es la materia prima que hace posible el mundo tal y como lo entendemos hoy. Sin embargo, debido a la sobreexplotación, el agua dulce es cada vez más escasa y las administraciones, con la ONU a la cabeza, se encuentran ante el reto de cómo cómo conseguir una gestión sostenible de la misma.

Ésta pasa por un principio básico: recuperar el equilibrio entre el consumo de agua dulce y su renovación natural. Las reservas de agua bajan a un ritmo demasiado alto en comparación a la velocidad a la que se recuperan. Por ese motivo es importante concienciar a la población y realizar un esfuerzo por fomentar el uso responsable de este bien básico, de manera que el mundo se mueva hacia un desarrollo sostenible. Sólo siendo conscientes de la cantidad de recursos hídricos que tenemos a nuestra disposición y repartiéndolos de manera justa podremos hacer que duren a lo largo del tiempo.

Almería, como provincia, como tierra agrícola, como potencia turística, tiene necesidad de recursos hídricos. Debido a la sequía pertinaz que lleva décadas acuciando al sureste español, los almerienses se han concienciado de la importancia de este bien natural, además de desarrollar un uso eficiente y una gestión impecable de la misma. Almería es un referente de sosteniblidad, ni un sola gota se desperdicia en un territorio donde los ríos no llevan agua, pero que trata de cuidar y mimar acuíferos, además de haber creado una importantísima infraestructura de desaladoras, que permite obtener agua dulce de una forma muy distinta a como dictan las leyes naturales. Esto es sosteniblidad, uno de los principios que están en la esencia de todas las empresas actuales y que marca este 22 de marzo.

El Día Mundial del Agua es una oportunidad única en la vida para unirnos en favor del agua y acelerar juntos los avances en esta esfera. Los problemas que se encuentran a lo largo del ciclo del agua están socavando el progreso en los principales conflictos planetarios: desde la salud hasta el hambre, desde la igualdad de género a los trabajos, pasando por la educación, la industria, los desastres naturales y la falta de paz.

En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 como parte de la Agenda 2030: la promesa de que todos tendrían agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030. A día de hoy, nos encontramos muy lejos de conseguirlo.

Miles de millones de personas e innumerables escuelas, empresas, centros de salud, granjas y fábricas se ven restringidas porque aún no se han cumplido sus derechos humanos al agua y al saneamiento. Existe una necesidad urgente de acelerar el cambio, de ir más allá del “sigamos como hasta ahora”.

Los últimos datos muestran que los gobiernos deben trabajar un promedio de cuatro veces más rápido para cumplir con el ODS 6 a tiempo, pero esta no es una situación que pueda resolverse con solo un actor o grupo. El agua afecta a todos, por lo que se necesita que todos tomemos medidas.

Sin duda este 2023 es el año de adquirir compromisos con respecto al uso del agua y su saneamiento. Y es que la celebración de este día mundial coincide con el arranque de la Conferencia de la ONU sobre el Agua 2023 (22-24 de marzo, Nueva York). La conferencia será una oportunidad única para buscar soluciones a la crisis actual del agua y el saneamiento.

Los gobiernos y toda la sociedad interesada en el tema se unirán en este evento para asumir compromisos voluntarios que aceleren el progreso en el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento) y otras metas relacionadas con el agua acordadas internacionalmente.

Serán precisamente estos compromisos los que formen la llamada Agenda de Acción del Agua, un plan rápido y transformador en el que también puede estar reflejada la acción individual.

Este 2023 es el año de adquirir compromisos como sociedad con respecto al uso del agua y su saneamiento

Analizando la situación en la provincia de Almería, el portavoz de la Mesa del Agua habla de tres zonas bien diferenciadas en la provincia, con mayor sufrimiento y estrés hídrico en el Almanzora.

“La zona del Poniente está trabajando en la recuperación del acuífero. Ahora mismo tenemos agua suficiente, aunque no todas las comunidades tienen la misma calidad del agua: alguna tienen una conductividad muy alta y no tienen opción de coger agua alternativa para bajar esta conductividad. Igualmente, en el Bajo Andarax-Níjar, no hay problemas de agua. Están usando aguas alternativas del EDAR de Almería y de la Desaladora de Carboneras. Tienen un acuífero sobreexplotado y en un futuro tienen que hacer planes de recuperación, para dejar de extraer aguas del mismo y usar aguas alternativas”, apuntaba Fernández.

Los problemas se concentran en el levante almeriense. “En la Comarca del Almanzora la situación es complicada porque se apostó por los trasvases en su día y ahora mismo el Tajo-Segura se ha reducido y el Negratín lleva más de un año sin aportar agua al no tener nivel suficiente la presa (por debajo de 210 hectómetros cúbicos). Ahora mismo está en 138, hasta que no supere 210, no aportará nada. La desaladora de Villaricos se inutilizó allá por 2012 y no está disponible. La situación de déficit en la comarca está por encima de 70 hectómetros cúbicos”, comentaba el portavoz de la Mesa del Agua de Almería, que pedía soluciones para evitar un desastre para los agricultores de la zona levantina. “Necesitamos de urgencia en el Almanzora es autorizar pozos de emergencia o intercambio de derechos de agua con otras provincias. Se van a quedar miles de hectáreas sin cultivar, con todas las pérdidas que va a suponer”.

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